Un cuento...



Aquel día había anochecido antes de lo habitual. A todos nos extrañó, pues era pleno verano, pero recogimos todas nuestras herramientas de buena gana y con algo de alegría. Llevábamos varios meses entre las ruinas y no habíamos encontrado nada más interesante que los cientos de utensilios que íbamos recogiendo cada día.
Habíamos llegado allí con la sensación de que algo extraordinario se encontraba escondido entre aquellas piedras pero casi un año trabajando sin descanso desde el alba hasta el anochecer nos había quitado la esperanza. Seguiríamos aquí hasta que el dinero se acabase y luego nos pasaríamos meses estudiando y catalogando cucharas, tenedores, vasijas y demás objetos ya inservibles para luego colgarlos en un museo.... Qué emocionante futuro nos esperaba, sin pena ni gloria... Estaba seguro de que algo había ¿pero dónde?
Era demasido pronto para meternos en la tienda a descansar como hacíamos cada día, así que decidieron ir a la ciudad para desahogarse un poco. Yo preferí dar un paseo por los alrededores, estaba desanimado y no me apetecía mezclarme entre aquella extraña gente.
Cogí el sendero que llevaba hacia el bosque. No nos habían dicho que fuera peligroso, pero nos advirtieron de que estaba encantado... ¡Encantado! Hay que ver como estos poblados se creen los cuentos de niños, si me vieran ahora más de uno gritaría y rezaría para salvarme.
Comencé a adentrarme en el bosque y a los pocos metros me paré de repente en seco... Yo ya había estado aquí, ya lo había vivido antes... Pero aparté enseguida de mi mente tal idea por que era imposible, en mi vida había estado aquí, ni siquiera en estos últimos meses.
Seguí avbanzando y mi mente iba dibujando el paisaje a cada paso que daba e incluso comencé un estúpido juego en el que intentaba recordar algo que encontraría en la siguiente esquina para asegurarme de que estaba loco... Pero acertaba... El corazón comenzó a acelerarse y me vino a la mente aquel repetitivo sueño... Hacía unos meses, desde que había llegado a este lugar, que no lo tenía pero ahora lo recordaba... Estaba con ella, esa hermosa chica vestida de blanco que había buscando durante tantos años, en un bosque; nos reíamos y hablábamos mientras recogíamos frutos y ramas para luego dejarlas en aquel extraño templo... Luego rezábamos cogidos de la mano y nos amábamos durante largas horas a la luz de las antorchas, hasta que, al amanecer mientras dormía, ella moría repentínamente entre mis brazos y desaparecía fundiéndose con el aire... Una sensación de angustia se apoderó de mi y me di cuenta, con un gran sobresalto, de que estaba delante de un enorme templo. Mis pies me habían llevado hasta ahí mientras yo rememoraba aquel dulce sueño que tantas noches me había acompañado... Pero no podía ser, era sólo un sueño... Avancé hasta la puerta y vi al fondo aquella especie de calavera a la que ya había visto antes, aquella a la que había rezado ya tantas veces... Me fui acercando poco a poco, el miedo me hacía retroceder pero mis pies no ve obedecían. Cuando llegué al centro del habitáculo una luz intensa me cegó y me cubrí la cara con el brazo. Tardó unos segundos interminables en suavizarse y cuando levanté la vista ahí estaba ella surgiendo de la demoníaca cabeza... No podía creermelo ¡la tenía delante mío! Se acercó a mi sonriendo, me besó en los labios y mientras me abrazaba dijo "has vuelto mi amor... Cada noche esperé tu regreso, cada día recé por que al anochecer aparecieras de nuevo... Pero ahora ya no importa..." Cogiéndome de la mano me llevó hacia la estatua, me hizo arrodillarme junto a ella y de mis labios comenzó a sonar una especie de plegaria que jamás había pronunciado... Me tumbó, comenzó a besarme y nos amamos hasta el amanecer, como si siempre hubiéramos estado juntos... Intenté no dormime, para poder seguir viviendo a su lado, pero fue inevitable... Abrazado a ella noté como los párpados cada vez me pesaban más y la agarré con fuerza... Ella seguía a mi lado, quizá aquel sueño no se cumpliera del todo... En ese momento empecé a notar mi cuerpo cada vez más ligero al igual que el de ella y, al abrir los de nuevo, me di cuenta de que mi cuerpo había desaparecido... Era verdad, había vuelto y esta vez ya nunca nos separaríamos...
(01-10-2003)

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Sobre mi

Siempre me ha gustado el arte, sobre todo la pintura y la literatura y de estas dos pasiones surgió una web que me inspiró a crear este blog... No me considero experta ni mucho menos, simplemente me gusta escribir mientras admiro lo que yo considero una obra de arte :)

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