Nada es lo que parece...



Llevaba horas, o quizá días, caminando por aquel extraño y solitario lugar sin saber cómo había llegado hasta él. No recordaba nada… Sólo sabía que un día como otro cualquiera había salido de su casa para irse de fiesta y ya no la había pisado más, o eso creía saber él… Ni siquiera estaba seguro de quién era. No recordaba la última vez que había comido ni quién le había puesto aquella extraña ropa ¿He ido siempre vestido así? Se hacía esta pregunta una vez tras otra por que nunca llegaba a retener su respuesta ¿Por qué notaba miradas clavadas en su nuca cuando hacía meses que no veía a nadie? ¿O eran días? ¿O quizá horas?
Un dolor puntiagudo le cruzo el cráneo y le obligó a detenerse. Se cogió con fuerza la cabeza para intentar que parara pero era imposible. De repente comenzó a nevar y aquella callejuela se transformó en un extraño jardín. ¿Qué había pasado? Volvió a sentir los empujones y el griterío de voces que días antes le habían hecho pasar tanto miedo… y ahora sentía pánico... Pánico de aquellos fantasmas que no le dejaban vivir…
Cada vez se acercaba más aquel ruido ensordecedor y esos gritos que no cesaban. Empezó a correr intentando huir pero era inútil, le perseguían. Hecho una mirada por aquel lugar y encontró, tirada en el suelo, una especie de espada y la cogió… No, era una katana ¡Ahora recordaba algo! Sabía que hacía no mucho alguien se lo había explicado pero ¿quién? Y el lugar recordaba haberlo visto antes, aunque no tan real… Tenía pequeños bocetos, como pinceladas y dibujos que iban y venían en su mente, pero no conseguía saber de dónde los había sacado. Tampoco importaba mucho, no había tiempo que perder y tenía que concentrarse para luchar cuerpo a cuerpo con lo que se le apareciese...
Una mano le tocó por detrás y sin mirar lanzó un golpe que pretendía ser mortal, pero falló. Pasó por encima de él y sus ojos se cruzaron ¡era una mujer! No podía permitir que ella le derrotara, perdería todo su honor, aunque su cara le resultaba familiar, pero no importaba, primero era el honor, luego, ya preguntaría quien era ella. Volvió a atacar y esta vez sí que le dio y de lleno. Estaba desprevenida llamando a los refuerzos y aprovechó para darle en la cabeza y partirla en dos.
El escenario volvió a cambiar de repente… Volvía a estar en aquella callejuela desierta, ya no nevaba y aquellas extrañas ropas se habían esfumado al igual que la katana que le había salvado la vida. Entre sus manos mantenía una barra de hierro ensangrentada y bajo sus pies continuaba el cuerpo inmóvil de aquella que le había atacado… No entendía nada… Soltó la barra y se agachó para ver la cara de la asesina que ahora se había convertido en su propia víctima… Al ver su cara ensangrentada un dolor intenso volvió a cruzar su cráneo y empezó a recordar qué pasó, quien podía ser él y quien era ella… Volvió a su mente aquel viernes, la sesión continua de películas japonesas junto a ella y la idea de disfrazarse aquel carnaval, luego vino la fiesta donde simulaban ser grandes guerreros, la bebida, las pastillas… El ruido ensordecedor volvió de nuevo a sus oídos y él, incapaz ya de seguir en pie, se dejó caer, inconsciente, sobre el cuerpo que tenía entre sus brazos.

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Sobre mi

Siempre me ha gustado el arte, sobre todo la pintura y la literatura y de estas dos pasiones surgió una web que me inspiró a crear este blog... No me considero experta ni mucho menos, simplemente me gusta escribir mientras admiro lo que yo considero una obra de arte :)

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